Mi día de abejas | Por AndariNe

Hola, buen día, soy AndariNe y te voy a contar sobre mi ciudad. Esto lo escribopor solicitud de un fuereño que me presentó un amigo con el que estoy trabajando en un proyecto de luminiscencia vegetal.

 

El fuereño es un tipo interesante, vive en la ciudad desde hace algunos meses y meacaba de pedir que escriba sobre mi vida, me pide que com- parta algo de mimundo con un público desconocido. Lo único que me ha aclarado es que mis lectores tienen más curiosidad que conocimien- tos, así que supongo que tú que meestás leyendo, no tienes mucha idea de lo que sucede acá, por eso intentaré describirte un día de mi vida siendo lo más claro posible; por desgracia no me hanespecificado qué tanto sabes, espero que hables mi idioma, pero aun así no tengoforma de saber si mis palabras significan lo mismo para ti, posiblemente algunasno significan nada si no vives en el bosque, porque sé que en otras regiones usan diferentes palabras para las mismas cosas.

 

Ahora que me han pedido relatarte un día de mi vida, la verdad no sé cómoexplicarte cómo es mi vida, me doy cuenta que me es tan cotidiana que tal veznunca me había detenido a observarla; doy por sentado mi día sin imaginar quepuedo vivir en la imaginación de otro ser huma- no, alguien desconocido, como tú.Acaso imaginarás que esto podría ser una fantasía de una mente demasiado febril;ahora que lo cuento puedo imaginar que te parezca imposible vivir en medio de un valle arbolado, en torres de concreto de cuarenta pisos donde todos los edificiosflorecen. Las ruinas las hemos convertido en esculturas multicolores, la naturaleza vive en nuestras casas en armonía y los cacomixtles son una hermosa plaga de amistosos y juguetones compañeros que habitan la ciudad, dando la sensación de un paraíso perdido.

 

También hago conciencia de que lo que yo descarto por obvio, podría no serlopara ti, así como podría detallar algo que entiendes a la perfección o mejor que yo.Podrías malinterpretar mis palabras o podría ser confuso leer sobre algo que no tienes ni idea. Así que voy a describirte uno de mis días cotidianos, pero narrado cómo si yo fuera tú, viendo mi vida detrás de un cristal con la sorpresa y la curiosidad de lo nuevo, aunque no lo comprendamos o no lo aceptemos.

 

Me despierto en mi curcul… Te despiertas en un espacio pequeño totalmente aobscuras. En un pestañeo distingues en una pared un rectángulo que brilla tansuavemente que parece que emana de la pared; poco a poco el brillo aumenta y puedes distinguir un vano en el muro que aparece de manera tan gradual, que uno no logra distinguir el cambio hasta que han pasados quince minutos y la habitación se ilumina totalmente con una luz tibia y brillante.

 

El rectángulo en la pared resulta ser una ventana y antes de que termine de iluminarse el cuarto, puedes ver que el vano tiene una persiana qué al contacto dela primera luz del día, se pliega suavemente en finas tiras horizontales, y de maneraimperceptible, en minutos la ventana es totalmente traslúcida con apenas una extraña textura.

 

Sales del hueco de tu cama y te asomas a la ventana. Ahora que lo veo con tus ojos, me sorprende y me maravilla el paisaje que todos los días me recibe: debajo de mi ventana se va levantando la neblina matinal escondiendo el suelo, dando laimpresión que flotamos entre las nubes. Al fondo ves la silueta negra de losvolcanes que recortan el cielo de un azul hipnotizante, un azul vibrante que cambia de tonos conforme el sol sale y la niebla se eleva desde el suelo; de repente laneblina alcanza mi ventana y por unos minutos, el mundo es una acuarela de trazos sueltos y aguados, que a su paso deja la ventana cubierta de rocío, al igualque los edificios de enfrente que están perlados de gotitas que brillan como cristales cuando los tocan los primeros rayos de sol.

 

Tras un instante mágico donde los edificios brillan iridiscentes, la neblina se va y el sueño acaba frente a una laguna en un valle entre mon- tañas, entre barrancos llenos de pinos y laderas con las más variadas especies vegetales, árboles y flores de todo el mundo. Un legado de la gran ciudad que existía hace muchos años aquí mismo.

 

Sin la niebla también aparece El bosque de torres (mi ciudad y tú ciudad si tú hubieras despertado en mi curcul: cuarenta y nueve edificios de concre- toconectados entre ellos con puentes que cruzan por encima de bosques de encinos,jardines de helechos y palmas, estanques y barrancos.

 

El bosque de tor r e está delimitado por un muro. Fuera de ese límite, el bosque mesofílico se ha fusionado totalmente con la arquitectura humana, creando el másfantástico paisaje de concreto quebrado y torcido que es uno con el mar de troncos y enredaderas, todo de una belleza cautivadora.

 

Más allá, a lo lejos, si pones atención podrás ver otras dos ciudades: a la derechapuedes ver algunos signos de una ciudad que está enterrada entre el bosque dechopos y tules, apenas visible desde arriba, pero extensa y hermosa cuando lavisitas; a la izquierda, es decir al norte, alcanzas a ver desde mi ventana la ciudad que navega sobre el lago; desde esta altura lo verás como una mancha de bosquecon edificios, pero si te fijas bien son edificios y jardines en medio de cuidadosbosques flotantes que van cambiando de posición a lo largo del día.

Cuando el cuarto se ilumina puedes ver bien mi curcul, viéndolo me conoceríasporque este es mi espacio íntimo, nadie más entra en él, está decorado por mí con las cosas que más me importan y lo que más me apasionan en ese momento, poreso siempre está en reacomodo. En mi curcul tengo mi espacio de diálogo interno,nadie puede entrar al curcul de otro y eso le da un sentido de seguridad único; losdías más tristes me puedo encerrar y desconectarme del exterior para analizar mis miedos.

 

Cuando sales de mi curcul pasas a un espacio amplio lleno de sillones y cojines, saludas a algunos, pero tenemos hambre y cosas que hacer así que sigues caminando a través de un sistema de pasillos, que a ti te podría parecer unlaberinto, porque para ir a desayunar pasas por muchas salas comunes y muchos pasillos hasta el pozo. En el camino coincides con toda la gente que quiero, mi familia cercana y amigos. Al llegar al pozo la mayoría subimos a los pisos más altos a comer.

 

Encuentras a todos mis parces; subimos a desayunar juntos en una mesa ubicada muy cerca de la mesa de nuestros padres. Normalmente estamos con ellos, pero cada vez es más común que desayunemos con alguien de otra mesa o en la mesa de jóvenes, y dejemos de pasar tiempo con los viejos.

 

El desayuno es bueno, aunque no se si te guste nuestra comida; nos acostumbramos tanto a nuestros guisos que se me hace difícil pensar en comer otra cosa, ¿tú que comerás?

 

Mientras desayunamos y platicamos van terminando unos y llegando otros; continuamente nos acomodamos para que todo el que llegue quede cerca de sus parces, y en cuanto terminamos recogemos, de manera que la sala de mesassiempre está limpia y en orden, no importa cuánta gente coma allí al día.

 

Yo prefiero despertarme en la mañana y así entrené a mi persiana. Mi parceMarcani prefiere dormir hasta tarde y hacer ejercicio antes de desayunar, así que hoy voy a dedicarle dos horas a trabajar en el huerto común donde estoy a cargode una sección de hierbas medicinales. Hemos tenido problemas con un hongo;junto con los rectores de mi piso estamos aplicando un nuevo método que desarrollamos la temporada pasada para integrar el hongo al medio continuo.

 

Espero que te gusten los temas de botánica de ciclos solapados, porque es una demis pasiones. Si no te gusta, pasarías dos horas muy aburrido entre gente que se entusiasma con palabras que no entiendes.

 

Saliendo del huerto bajas al suelo y te diriges a la plaza Cielo para en- contrarnos con Marcani.

 

—Marcani —gritas cuando ves que se acerca por el pasillo de crisantemos y lavandas— ¡Vamos, se hace tarde!

 

Tu verás que se acerca Marcani brillando bajo la luz del invernadero y el rocío del riego matinal, soltando chispas doradas a su alrededor, mientras se ríe porque se está mojando.

 

Dejamos la plaza y cruzamos entre los edificios hasta el muro perimetral y salimos. En el camino Rod nos alcanza, Rod es un perro amigo nuestro. Cuando andamos en el sotobosque o en las barrancas él nos acompaña, cazamos juntos pero no vive con nosotros, él es indepen- diente, aunque a veces se queda en un lugar de la ciudad donde los perros duermen; en general prefiere vagar por lamontaña, andar libre y sólo nos busca para tener aventuras o simplemente compañía humana.

 

En el camino también se unen Darr y Kell, son humanos y están par- ticipandoen el proyecto que tenemos en el bosque. Los cuatro, con el apoyo solidario de Rod, estamos trabajando en un proyecto para inducir un portal bioplásmico deresonancia 5D.

 

El experimento se basa en la percepción 5D de las abejas y Kell es quien se encarga de la comunicación con las abejas, su vínculo con ellas es maravilloso y por eso pasa largas temporadas vagando en el bosque; a veces lo dejamos de ver porvarios días porque acompaña a las abejas a observar unas colmenas vecinas en un rito que todavía no comprendemos del todo.

 

Para él adaptamos un curcul aquí en un claro entre los encinos. Como un nido deinsecto, su curcul se inserta entre un edificio quebrado y un tronco increíblemente grueso; el curcul está a dos metros del suelo lo que nos dio la idea de hacer unacocina en el laboratorio. Ahora sí estamos muy ocupados, no regresamos a las torres a comer, pasamos aquí la hora de comida y aquí cantamos los aleluyas a Gaia.

 

La verdad es que no siempre entendemos a Kell y a veces deja de decir palabras y baila con las manos como si nos tratara de decir algo, en ocasiones se desespera,zumba, camina alrededor de nosotros amenazadoramente y sale corriendo,desaparece unos días hasta que trae nuevas palabras y nos explica su idea.

 

Si no se frustra, es un alma pacífica y amable, un parce que no habla mucho, pero es adorable, aunque siempre está una raya fuera de lo humano; para conocerle unpoco más, necesitas ver como baila con las abejas. Esta tarde nos sentamos en elpatio del laboratorio donde están las colmenas. Cuando Kell comienza a danzar, sentimos cómo los panales vibran; segundos después vomitan nubes negras con brillos ama- rillos que zumban y oscurecen el pequeño claro. Poco a poco y sin darnos cabal cuenta, el caos de abejas toma ritmo junto con Kell que se abandona yparticipa de la danza con ellas, sin instrumentos; sólo con sonidos de su cuerpo y movimientos de manos y brazos, establece un diálogo con las abejas donde se pierde, y algunas veces pareciera que levita apenas, sobre el suelo.

 

—Kell —dijo Darr en cuanto Kell se hubo sentado con nosotros—,

 

¿te contestaron sobre el nuevo diseño de la colmena? ¿Qué les pareció la solución de enfriamiento?

 

—Mmm  —Kell siempre tarda un rato en resintonizar con nosotros así que no esperábamos un gran discurso— bueno, contentas, se esta- ban dicen que mejor, mal por velocidad, bien poca poco viento, más doble, atrás aire abertura más sale, giran derecha gira doce doce doce grados. —Kell poco después de la danza se fue a dormir a su curcul elevado, pero de momento con esas indicaciones tuvimos para trabajar el resto de la tarde.

 

Nos regresamos a El Bosque antes de que se metiera el sol, así que el camino de regreso nos tocó con un clima increíble. Todavía los muros de los edificioscubiertos de enredaderas estaban tibios, el aire claro, la luz del sol ya tenía brillosdel naranja al dorado y al rojizo, mientras, cada tanto, soplaba una ráfaga de aire frio, esas que te deja la piel erizada.

 

El camino bajo esa luz es una maravilla; todavía algunos edificios con- servanpedazos de sus cubiertas reflejantes y entre la vegetación salen brillos cálidos de un sol, terminando un buen día de trabajo sobre la tierra. Los edificios quebradosson tan naturales, que verlos enteros y rectos me parecería una aberración. Aquíel orgullo humano se abraza con la vida embelleciendo la arquitectura y lanaturaleza, creando un bosque lleno de rincones hermosos, de diversidad, de refugio y de nuevos hábitats para nuevos inquilinos animales; sus antiguos dueños humanos ni se hubieran imaginado que habitarían sus suntuosas casas. Las avescomienzan a llegar a los árboles del bosque de oyameles y la luz se substituyepor una algarabía de cantos y retos; el cielo añil

manchándose de azul rey se cubre de alas que adelantan la noche en el bosque. Llegas a la puerta de la ciudad donde los caminos levemente iluminados, te guíana plazas iluminadas y llenas de gente. En el centro nos despedimos con un granabrazo y algunos besos porque no cabe en nosotros la emoción y el afecto que nos tenemos.

 

Dejándolos, corres a mi árbol y llegas a cenar con mi familia, todos estamos ahí y terminas tú día viendo una silueta roja donde mañana estarán los volcanes, tusseres más queridos al lado tuyo consintiéndote y dejándose consentir por ti; apenas los ves en el día, pero son las per- sonas más importantes, son tú tronco y tú raíz.

 

Después de un mundo de aventuras y posibilidades, después de los tri- unfos y los amores, terminas cenando muy despacio viendo el mundo dormirse, y tú familia, como una gran parvada de aves, revoloteando a tú alrededor, contándote su día y escuchando con atención cuando les platicas las aventuras de Kell con las abejas ylo bien que se veían Mar- cani y Duur hoy.